El Pescador

La fresca sombra del sauce llorón invitaba al descanso, era la hora de la siesta. Una fragancia a lavanda y flores silvestres perfumaba el aire. A lo lejos se escuchaba el canto de las chicharras. El agua calma reflejaba el vuelo de dos golondrinas en un espléndido cielo azul.

Pasada ya media tarde, Daniel seguía plácidamente sentado, mirando bambolearse la boyita al compás de las tímidas ondulaciones del agua. Hacía rato que no picaba nada, es más, en ese sitio era muy raro que algo picara pero… qué importaba, hacía ya diez años que Daniel venía todos los veranos a ese magnífico lugar y por nada del mundo iba a privarse del placer extraordinario que le causaba el más fabuloso de los deportes…….¡la pesca!

FO 85503 – 35 x 18 x 25 cm (LWH)