El Taxi

Un día de mucho calor, la señorita Marta Gaitán  Barberio y su amiga Mercedes Arana  Calderón  decidieron, luego de un largo viaje en tren, tomar un taxi que las llevara a su casa. El taxi era un viejo modelo bastante descuidado con el capó atado con alambre, la pintura rayada y la carrocería  abollada.

El chófer del destartalado vehículo no permitió que las pasajeras pusieran las maletas en el cofre que ya estaba repleto con carne para el asado, carbón y tres cajas de cerveza. Tampoco aceptó que ellas usaran el asiento delantero por temor a que le arruinaran el tapizado.

Al llegar a destino, Marta y Mercedes tuvieron que solicitar la ayuda de alguien que pasaba por allí para poder salir del coche.

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