El Veterinario

“¡No, no y no!”, gritó el Doctor Edgardo Cigno a su secretaria en la clínica “La Mascota Feliz”. “¡Ya le he dicho que no! Yo solo acepto animales de verdad, dígale a esa niña que el osito de peluche lo lleve a la juguetería y…”. Cuando de pronto se entreabrió la puerta y una pequeña llorisqueando se asomó tendiéndole un osito con la barriga descosida. Miró tiernamente al doctor y le dijo:”Pod favod, dotor, ¿lo podés sanar?”. El doctor miró al cielo, suspiró, cogió el osito y acariciando la cabeza de la niña dijo: “Veo que es un caso de suma urgencia. Bueno, veamos qué se puede hacer”. Tomó una aguja e hilo de cirugía y con delicadeza recosió no solo la panza sino también las patas, una oreja y la cola. Media hora le llevó la intervención, pero el enfermo quedó como nuevo. “Bueno, ya está”, dijo el veterinario entregando el muñeco a la pequeña. “Dotor -dijo la niña-, ¿ahoda podés sanar a Paquita?”. Y metiendo la mano en el bolsillo sacó una babosa aplastada.

FO 85525 – 17 x 17 x 41 cm (LWH)