La Doctora Edición Especial
En el Hospital de Rosario todo el personal masculino sufría de tortícolis. La dirección de la entidad decidió entonces realizar una minuciosa investigación y logró descubrir que la causa era el meneo de caderas de la Doctora Evangelina González, que con sus amplios escotes y vestidos ceñidos al cuerpo hacía torcer el cuello a todo el personal masculino, salvo a Toni, el enfermero, cuyo gusto por el sexo opuesto era toda una utopía.
Las autoridades después de haber sugerido a la doctora más recato en su sugestivo andar y de que ésta hiciera caso omiso de ello, decidieron trasladarla a otra unidad. A los quince días no hubo más casos de tortícolis, tampoco médicos ni pacientes pues todos habían seguido a la doctora. El único que conservó su puesto fue Toni.
FO 84006 – 9 x 9 x 24 cm (LWH)