El Scooter

Al doctor Jorge Perochena nunca le había gustado jugar al tenis.

Este deporte le resultaba un juego insípido que consistía simplemente en pegarle a una pelotita amarilla.

El día que se enteró de que la despampanante Adriana Harari amaba ese deporte, se apuntó a un curso acelerado en el Roland Club Tenis, se compró la mejor raqueta, el mejor short, un polo Cocodrilo y un par de zapatillas con cámara de aire, una semana más tarde la invitó a jugar un partido amistoso.

El match lo perdió 6-0, 6-0  pero pudo pegarle tres veces a la pelota, inclusive una vez consiguió hacer que ésta no saliera fuera de la cancha. Nada importaba, ese día había logrado su objetivo, pasearse en scooter con la exuberante Adriana estrechamente aferrada a su cuerpo.

FO 85047 – 18 x 9 x 16 cm (LWH)